Manchego, montañés, maragato, lebaniego, gallego, madrileño… la variedad de cocidos a lo largo de la Península y nuestras islas es tan amplia que es difícil decantarnos por uno en particular, pero hay uno que seguro todos coincidimos, el mejor cocido es el de nuestra madre. 

Hoy, 27 de febrero, se celebra el día internacional del cocido, y desde aquí queremos que conozcáis un poquito mejor cuáles son los más degustados en nuestro país. Sobre el cocido de Madrid, ya os contamos las bondades del garbanzo madrileño, incluso os invitamos a conocer cómo fue la clausura de la 4ª ruta del garbanzo madrileño celebrada hace unas semanas en nuestro restaurante. 

El cocido es un guiso muy popular que basa su tradición en los meses de invierno, de ahí que las verduras que lo acompañan como la zanahoria, el nabo y el repollo, sean productos de esta época del año. 

La mejor época para comerlo es en los meses de noviembre a marzo, por ser un plato para entrar en calor y también porque su forma de preparación, en una época donde no existía la calefacción, era de agradecer que el fuego estuviese tan presente por las largas horas de cocción. 

El cocido en tres vuelcos

Si en Madrid es conocida la tradición de los tres vuelcos, que comienza con la sopa de fideos, sigue con los garbanzos y verduras y culmina con las diferentes carnes, no se queda atrás el cocido maragato, muy popular en León, pero que curiosamente se come al revés ya que comienzan con las carnes. 

El cocido sin garbanzos

Asociamos garbanzos a cocido, por ello nos resulta curioso que el cocido montañés así como el pote asturiano, tengan como legumbre la alubia blanca. Como verdura, en ambos guisos es la berza y, como carnes, coinciden también en el tocino, morcilla y chorizo, en lo que viene a conocerse como compango. 

La diferencia con la fabada, es que el pote asturiano sí lleva verduras

Uno de los cocidos cántabros, conocido como labaniego, incluye un relleno (pelota) compuesto de migas, huevo y carne, que se añade a la sopa. 

El cocido de pelotas

Si hablamos de pelotas, el más conocido es el cocido de la zona de Alicante y Murcia. Lo más destacado es que entre las carnes se añade codillo (de cordero o de ternera) y de verduras se vuelve todo un poco más variado al hacerlo con apio, cardo, judías verdes y calabaza entre otras. Además también se le incorpora azafrán. 

En el cocido de Levante, es común comer la sopa con arroz y albóndigas.

Las pelotas son las albóndigas que se hacen con tocino, piñones, carne de cerdo picada, pimienta, hígado de pava, ajo, huevos, pan fresco y perejil, las cuales se guisan en la parte final de la cocción del guiso y se comen después junto con los garbanzos.

El cocido de la pringá

La pringá en montadito, un clásico del puchero andaluz.

Si por algo es conocido el puchero andaluz, aparte de que lleva garbanzos y habichuelas, es por su famosa pringá. Carne de vacuno, cerdo (tocino) y pollo que termina desmigada como relleno para el típico montadito. Una bomba calórica pero al mismo tiempo deliciosa que se ha convertido en un indispensable del tapeo en el sur. 

El cocido del pan en la sopa

En el cocido extremeño, los garbanzos y la carne se comen con caldo.

Echarle pan a la sopa del cocido es algo habitual en algunas zonas, incluso acompañado con fideos. Pero, si hay un lugar donde suele estar más presente, es en Extremadura. Un guiso también característico porque los garbanzos se comen con caldo. Y porque la carne suele provenir de la matanza del cerdo. 

El cocido de los galets

En Cataluña, especialmente en Navidad, no puede faltar su guiso más conocido, la Escudella. Básicamente es un cocido muy similar al del resto de España (siendo, eso sí, la butifarra el embutido principal). Su particularidad viene porque la sopa se hace con galets (un tipo de pasta) que suelen ir rellenos de carne, o simplemente acompañados de albondigones.