Winter is coming. Bueno, más bien ya ha llegado para quedarse, al menos hasta la próxima primavera. Pero no venimos a hablar del tiempo. Queremos descubrir todas las virtudes de las bodas de invierno.

Como ya vimos con las bodas de otoño, en esta ocasión haremos un repaso a aquellas tendencias que hacen de las celebraciones nupciales en los meses más fríos, todo un motivo para descartar el calorcito y decantarse por los días gélidos de diciembre hasta marzo. 

Las ventajas de casarse en invierno

Entre las ventajas que pueden hacer que te decantes por celebrar tu boda en invierno, hay una que puede ser muy importante, y es el hecho de que al ser época de menos compromisos, tus invitados seguro podrán asistir sin que les coincida con otro evento. 

Por no hablar del tiempo, aquí no hay sorpresas que valgan, y es que no es como en primavera que podemos temer que nos caiga un buen chaparrón. Los planes B, C e incluso D están súper controlados y sabemos que estaremos bien a resguardo sin problema.

Si miramos nuestro bolsillo, también es una buena ventaja. Y es que en esta época del año los precios están por debajo de los meses fuertes de temporada. Ideal si tenemos un presupuesto ajustado o queremos invertir dinero en otros aspectos que nos interesen de nuestra boda.

Aprovechar las fiestas

En diciembre nos coindice con Navidades, algo que a la hora de crear una temática decorativa puede quedar precioso. Guirnaldas, muérdagos, flores de algodón, velitas, nieve, espacios blancos, maderas, la imaginación nos transporta a esos paisajes calentitos y acogedores al calor de una chimenea. La mesa del candybar con polvorones, turrones y otros dulces de temporada como mini roscones de Reyes puede ser una auténtica locura.

Y en febrero tenemos San Valentín, una fecha solo apta para los románticos empedernidos. Imaginad un cóctel con champagne y fresas. Chocolate en los postres y el candybar también surtido de galletitas en forma de corazón. Podemos conseguir una decoración muy romántica sin ser demasiado empalagosa. ¿Cómo? Olvidándonos del rosa característico y optando por tonos pastel apagados y neones con frases de amor.

Comida más contundente

En invierno también apetece comer más contundente. Por ello podemos optar por menús más largos que incluyan un caldito o una crema calentita como entrante. Así mismo el clásico menú con pescado de primero y carne de segundo, donde los más atrevidos pueden decantarse por asados al horno.

Ofrecer vino caliente durante el cóctel, que acompaña muy bien con quesos, puede ser todo un puntazo. Así como platillos más calientes frente a los sabores refrescantes del verano. Un buen consomé o risottos preparados al momento entre las ideas que podemos barajar.

Y para la recena, nada mejor que un buen chocolate con churros. Para seguir con el calor en el cuerpo y con energía para bailar hasta la madrugada. 

Los regalitos para los invitados

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Siempre desde el consejo de regalar cosas que sean útiles, una buena idea pueden ser unas mantitas. U otros artículos como cremas de orujo o mini panetones. Lo importante es que sean detalles más que recuerdos, algo que puedan degustar o usar sin que quede relegado en un cajón. 

La moda

Los vestidos de novia con manga larga o un dos piezas con falda y jersey muy top en las últimas tendencias, son algunas de las combinaciones que pueden hacer de tu conjunto algo sorprendente. El uso de capas, estolas y texturas como el terciopelo se prestan a esta época del año. 

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Para el ramo, las anémonas y rosas son flores de temporada que podemos incorporar. Así como piñas y “flores” de algodón que dan el toque invernal.

Para los novios, tejidos también más cálidos y diseños con motivos escoceses, por ejemplo en el chaleco, pueden dar un toque. 

La luna de miel

Lo bueno de casarte en invierno es que tu luna de miel puede ser a países con mejor tiempo en estos meses, o incluso verano en el hemisferio sur. También puedes aprovechar para vivir las Navidades en Nueva York, los mercados navideños de Centroeuropa o darte ese viaje soñado a los paisajes nevados de Laponia. 

En definitiva

Celebrar tu boda en época de invierno es una buena oportunidad para salirte de los cánones establecidos. Hace décadas no era tan descabellado porque las bodas solían celebrarse en salones cerrados. Con la tendencia a salir al exterior, la temporada se fue acotando a primavera y verano, pero de nuevo se está optando por volver a los espacios acogedores. 

Si eres una novia atrevida, que no teme al mal tiempo y que quiere disfrutar con todo lo que ofrece este tipo de bodas, te animamos a que des el paso. ¡Adelante!

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